Hay días,
que la verdad
se esconde juguetona
en el rumor del viento.
Otras, se escurre
entre los dedos
como granos de arena
en el devenir del tiempo.
Pero ella, sincera
navega ante nuestros ojos;
que ciegos la ignoran
en pos de sus antojos.
que la verdad
se esconde juguetona
en el rumor del viento.
Otras, se escurre
entre los dedos
como granos de arena
en el devenir del tiempo.
Pero ella, sincera
navega ante nuestros ojos;
que ciegos la ignoran
en pos de sus antojos.
Una verdad como un templo aunque, como dijera el novelista ruso Maksim Gorki: "Se puede engañar a todo el mundo, ¡pero no a la verdad!
ResponderEliminarCierto, porque la va verdad está ahí, simple y sencilla, desprovista de artificios. Por eso quizás es más difícil de creer.
EliminarLa verdad es a veces un poco díscola y se empeña en jugar con nosotros al despiste. La mentira siempre es mucho más complaciente y le gusta regalarnos el oído.
ResponderEliminarHe ahí el problema, que la mentira se la adorna de tal manera que nos seduce y claro terminamos creyéndola. La mentira no necesita adornos es tal cual...
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