El pianista VI. Una fugaz visión.

   Silvia y Marcos después de salir del Registro Civil y dada la hora deciden ir a comer a un restaurante cercano y de paso contrastar las notas con la información que han obtenido ellos con la obtenida por Roberto. Mientras comen intercambian impresiones, y Marcos se queda embobado con Silvia. No sabe si es la primavera, o qué pero encuentra algo que le fascina en Silvia, no sabe si es su inteligencia o que por fin encuentra a alguien con quien conversar y no aburrirse. A lo largo de su vida ha conocido a muchas mujeres, muchas de ellas verdaderas bellezas pero nunca le han durado lo suficiente como para plantearse una vida en común con ellas. ¿Se estará enamorando de ella? no, no puede ser si apenas la conozco...... Entonces, ¿qué me está sucediendo?  
  Silvia ajena a esta situación seguía hablando de todo un poco. Y de paso le recomendaba a Marcos que probara las especialidades del Restaurante, no te puedes quedar sin probar esto, le comentaba. A Marcos le hacía mucha gracia ver a  Silvia en plan de experta gourmet, se le ponía un gesto serio que la hacía aún más interesante. En ese momento, Silvia como si un destello de luz se tratara recordó algo.
- Marcos después de comer tenemos que ir a la casa, creo que tengo unos documentos que guardaba mi tía Elvira y que hacen referencia a la mujer que acompañó al padre de Lucía, no se trataba de la hermana de su padre sino de la comadrona. 

Marcos se sorprendió aún más, pues ¿por qué les iba a acompañar una comadrona hasta Italia? ¡No tenía mucho sentido! A no ser qué la comadrona fuera amante del padre o que para asegurarse el silencio de la misma decidiera llevársela.

Cogieron un taxi para volver a la casa y conforme pararon en la puerta, se dieron cuenta que la luz del piso superior estaba encendida y sonaba el piano. Marcos se quedó pagando al taxista, mientras Silvia abrió la verja de entrada a la casa. Pero¿ cómo diablos ha entrado si está todo cerrado? se preguntó Silvia.  
Por un momento los dos se quedaron parados frente a la puerta, escuchando la música que salía del salón del piso superior, era tan bonita pero tan triste a la vez. Al cabo de unos segundos ambos reaccionaron y a todo prisa subieron hacia el piso superior, decidieron subir cada uno por una escalera distinta así sería más fácil cortarle el paso. Subían los escalones de dos en dos, pero cuando se encontraban en la mitad de la escalera la música paró y se oían los pasos del misterioso pianista correr. Por un momento Marcos pensó que se lo iba a encontrar de frente, sintió como el corazón le latía con fuerza y parecía que la cabeza le fuera a estallar, estaba nervioso y se puso en guardia  pues le pareció que los pasos se encaminaban hacia la puerta dónde el se encontraba, pero cuando ambos abrieron la puerta del salón en el que se encontraba el piano, lo hallaron vacío.
Entonces decidieron bajar a toda prisa y salir hacia el jardin de la parte trasera, que daba al invernadero, pero no pudieron ver apenas más que una sombra que se alejaba a una velocidad increíble.
Volvieron al segundo piso y para su asombro encima del piano alguien había olvidado una hoja de lo que parecía una partitura, con las prisas el misterioso pianista se había dejado una parte de su creación. Seguro que volvería a por ella, ahora tenían la letra del misterioso pianista quizá algún grafólogo les podría decir algo sobre la personalidad de ese misterioso personaje. 
Marcos y Silvia cogieron la partitura y la guardaron. Antes de que Marcos dijera nada Silvia le comentó que en esa habitación había un pasadizo secreto, que solo era conocido por muy pocas personas. ¡Como es posible que alguien desconocido pudiese haber dado con él dichoso pasadizo! ¿Y si no fuese tan desconocido? pensó ,...........y si era alguien que había trabajado para su familia años atrás y si era ese niño que buscaban y que de alguna manera era su forma de llamar la atención. En ese momento se le agolpaban en su mente miles de interrogantes, estaba aturdida, así que decidió ir a buscar los documentos y tomarse un té frío y relajarse un poco. Subió por unas escalerillas hacía la buhardilla dónde había formado como un pequeño estudio dónde se refugiaba a  leer y hacer algún estudio. Le encantaba pasarse las horas allí leyendo lejos del ruido, mientras contemplaba el campo o de noche el cielo estrellado. En un rincón había una especie de archivador en el que Silvia guardaba documentos familiares, empezó a buscar y sacó una carpeta con documentos de su tía  Elvira, allí por suerte encontraron unos documentos de la matrona que la había asistido al parto y cuyos datos coincidían con los de la niñera que había acompañado al padre de Verónica.

Comentarios

  1. Siempre vamos a estar igual? Si nos ponemos de acuerdo para subir las entradas seguro que no atinaríamos tanto...jajajaja...

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  2. jajaja desde luego esto son sucesos paranormales, nada que debe ser verdad eso de que te leo la mente y me digo hoy va a publicar mi amiga Isabel....XDD

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