La última función

   Hace frío, las últimas previsiones meteorológicas anuncian una semana especialmente fría, se esperan nevadas en cotas bajas en toda la península.  Desde hace días la ve pasear de un lado a otro de la calle intentando reunir unas monedas que la permitan comer caliente. Mañana será nochebuena por lo que la calle es un ir y venir de gente de un comercio a otro. Siempre con prisas, siempre con nervios para no olvidar nada.
   En la puerta del teatro hay un enorme cartel de un musical, ella se para a mirarlo, y cuando lo hace le brillan los ojos de manera especial, tanto que se le llenan de lágrimas. Desde hace unos días tiene un nuevo compañero que conoció en la calle. Se trata de un pequeño Fox Terrier blanco que encontró abandonado y que al igual que ella buscaba entre las basuras del restaurante de la esquina algo de comer. 
   Con un carrito lleno de sus pocas pertenencias, y sus pocos recuerdos se dispone a sentarse en una esquina. Allí "amigo" como llama a su nuevo compañero y ella venden unas cestitas hechas de alambre de colores. Ha hecho unas pocas, cada vez le resulta más difícil confeccionarlas, su vista y sus manos ya no disponen de la agilidad y la belleza que tuvieron en un tiempo. Su rostro a pesar de mostrar las marcas causadas por el paso del tiempo y del sufrimiento de una vida llena de altibajos revelan que fue una mujer bellísima en su juventud. Sus ojos negros, grandes y vivos dignos de una reina mora debieron de volver loco a más de un hombre. A veces canturrea una canción que le devuelve la luz a esos bellos ojos y a pesar de su avanzada edad sigue teniendo una voz que no desagrada en absoluto. Incluso algunos transeúntes de avanzada edad al oírla cantar se paran a escucharla y entonces al hablar con ella la recuerdan.
    Hace mucho frío y la gente pasa de un lado a otro en un ir y venir delirante, dejando alguna que otra moneda. Hoy ha reunido bastantes monedas y podrá comer caliente en el restaurante de la esquina. El problema será que le dejen pasar a su pequeño "amigo".
   Entra en el restaurante, allí se está calentito. Siente desentumecer las manos y las piernas. Algunos clientes la miran con cierto reparo, y un grupo que hay en una esquina la mira incluso con desprecio, se trata del grupo de actores que están representando el musical. Ella mira las fotografías antiguas del restaurante y elige la mesa en la que está una fotografía de una vedette muy famosa y de la que luego nunca más se supo. Mira la fotografía con especial interés y los ojos se le vuelven a llenar de lágrimas. 
   El camarero al llegar a la mesa se fija en la anciana mujer, y en sus ojos, al fijarse en la mujer de la fotografía parece reconocer a la misma mujer que tiene ante él,  maltratada por el paso del tiempo y quizás por una vida difícil, pero es la misma mujer. La sirve y le comenta a su jefe que le parece que se trata de una artista ya olvidada por el tiempo. El jefe le cuenta que si es la misma mujer de la fotografía se trata de una vedette que lo tuvo todo, pero también tuvo la mala fortuna de enamorarse de un empresario que le arruinó la vida y la dejó cuando dio a luz a  la hija de ambos y se vio sola sin ayuda de nadie. Luego el olvido hizo el resto.
   La anciana al terminar de comer se dispone a pagar pero el camarero le dice que no le debe nada, es invitación de la casa por tener el honor de ser visitado por una ilustre vedette de la que su jefe siempre fue un gran admirador. Ella le recuerda, pues siempre solía acudir a comer al restaurante. Y ella en agradecimiento a la invitación entona una canción de su repertorio. Pero dos chicas del grupo de actores del musical empiezan a reírse en tono burlón y hacen un comentario despectivo. Ella no les dice nada, solo fija sus ojos en las dos chicas, es una mirada profunda pero al mismo tiempo triste.
  Antes de llegar a la puerta, otra joven del grupo se acerca y le pide disculpas. Ella la mira y le sonríe. Entra su mano en el abrigo y saca una cajita y se la entrega. Le dice que no cambie jamás y que nunca olvide que un actor vive del público y que si desprecia al público creyéndose un ser superior, ese mismo público que la encumbró a lo más alto, puede condenarla al olvido. Ella antes de despedirse le da dos besos y la joven le da una flor de un ramo de rosas que le han regalado al salir del teatro.
   La anciana coge a su "amigo", le lleva una bolsa con comida. Se marcha calle abajo, hacia el albergue más cercano. Está especialmente fatigada, y esa maldita tos no la deja vivir.
  La joven vuelve a la mesa y los demás le preguntan por el contenido de la misteriosa cajita. Entonces la joven la abre y allí ante sus ojos se encuentra con un anillo que parece valer una fortuna. Pero, ¿porqué esa mujer le ha hecho ese regalo? no lo entiende. El dueño del restaurante se acerca y le dice señalando a la fotografía que antes miraba la anciana. Si se fijan ustedes en  esa fotografía de ahí podrán ver a una de la mejores vedettes de los años 60. Es la misma mujer de la que ustedes se acaban de burlar señoritas. Y la razón por la que a usted le ha dado el anillo es porque no tiene a nadie, su única hija murió a los siete años de edad, lo que supuso su desaparición de los escenarios. Usted ha sido la única persona que le ha demostrado amabilidad y ha querido recompensarla de algún modo. Y a ustedes ríanse señoritas, ríanse de las desgracias ajenas. Pero ella fue una de las más grandes vedettes de este país. A ustedes les queda mucho para llegar a dónde ella llegó...si llegan.
   En el albergue logra colar a su pequeño "amigo" y se ha podido duchar. El cansancio hace mella en su dolorido cuerpo. Sus manos están doloridas del frío y del trabajo con esos alambres que le permiten obtener unas pocas monedas a cambio. 
  Esa noche es muy fría, lo nota en sus huesos...Al cabo de unos minutos se queda dormida. Tiene un bonito sueño. Sus manos son otra vez suaves y bonitas. Está nerviosa y su compañera le apremia para que se coloque el tocado pues la función está próxima a empezar. El cuerpo de baile sale lo más rápido posible al escenario. Un golpe en la puerta le avisa que debe estar lista para salir al escenario y empezar a bajar la escalera al oír la música. Las luces se encienden y la música suena, al fondo el público aplaude con emoción al verla bajar....reconoce a cada uno de sus compañeras. Está feliz de volver a actuar de nuevo en su fabuloso teatro, como siempre, es su espectáculo y ante su público, su querido público.Va desgranando su repertorio, y al final se despide entre vítores y aplausos de un público como siempre entregado a su estrella. Llega al camerino y allí feliz la espera su hija Celia con su muñeca favorita...
   Es nochebuena y los periódicos comentan la noticia  de que ha fallecido en un albergue de la capital madrileña una de las vedettes más famosas de los sesenta..... 
   A las doce del mediodía aparece en el restaurante la joven del día anterior. Lleva un hermoso ramo de rosas rojas, mirando al camarero y con los ojos llenos de lágrimas deposita el ramo de rosas en la mesa que hay bajo su fotografía....

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