Nunca apuestes tu alma


    Había sido una semana especialmente tensa, el desplome de la inmensa mayoría de los valores financieros habían teñido de rojo los índices bursátiles de las principales plazas europeas. Esta mañana los índices bursátiles no parecían desentonar con el resto de la semana, seguían indicando la sangría de la bajada; por ende, la enrabietada y tan temida prima de riesgo ponía a prueba una vez más los nervios de acero de los ministros de economía de los países azotados por la despiadada crisis bursátil. Precisamente estos últimos  llevaban tiempo sufriendo las continuas embestidas de la especulación de cierto tipo de inversores que sin escrúpulos apostaban contra la deuda del país en cuestión,  haciendo si cabe más difícil poder tomar resuello y salir a flote de esta marea de fluctuaciones negativas.
  En el parquet de la bolsa de Madrid, se encuentra David, está como un flan a la espera de las noticias del Banco Central Europeo. Está deseando que esta vez los vientos soplen a favor, esta semana los clientes de su agencia han sufrido fuertes pérdidas, y eso va en detrimento de la firma para la que trabaja. De momento, los índices siguen en rojo y los semblantes de los agentes que allí se encuentran denotan decepción, hastío y pesimismo.. David, reza, aunque no sabe si eso servirá de algo en tan complicado mundo, pero es lo único que le queda, lo único a lo que ahora se aferra, como un náufrago que se agarra a una tabla, así David se aferra con fuerza a su oración; aunque todo hay que decirlo, el nunca ha sido creyente, pero en esta ocasión su futuro depende de que el panorama cambie o de lo contrario se quedará sin empleo.
     Son las once y media de la mañana, el director del Banco Central Europeo acaba de anunciar que la tan deseada emisión de eurobonos ha sido aprobada por todos los líderes europeos sin excepción,  y esta vez Alemania ha modificado al fin su férrea y negativa posición; pero lo ha hecho obligada por las circunstancias, ya que las noticias de estancamiento de su economía estaban socavando la credibilidad ante los mercados y los especuladores como buitres carroñeros habían empezado a sobrevolar en círculos sobre su presa. Los agentes de bolsa que están allí reunidos no pueden creerlo, por fin se empieza a vislumbrar algo de luz en este túnel negro del delirante mundo de los mercados bursátiles. En este momento, algunos índices empiezan a cambiar de valor, el verde empieza a ir conquistando poco a poco algunos valores, otros empiezan a tomar un tono amarillento, casi verdoso. La prima de riesgo que hasta ahora iba hacia arriba sin remisión, acaba de ser frenada en su escalada violenta y furiosa, ahora los datos apuntan a una bajada de cuatro puntos. Al cabo de la hora los mercados europeos acaban teñidos de esperanza, el verde inunda todos los mercados y el optimismo se contagia.
     El semblante de David ahora es totalmente distinto, ahora está feliz, le hace una señal a su compañero Alejandro de que sus principales clientes están satisfechos por el día de hoy ante la expectativas de compensar las pérdidas de la semana anterior. Alejandro conviene con David en que esto hay que celebrarlo, lo necesitan, necesitan juntarse y añadir a sus vidas un poco de alegría que les permita liberar el estrés emocional acumulado en esta semana, olvidar ese estado frenético de buscar el valor seguro, cuando todo se descifraba volátil, en suma un estado de nervios en ebullición continua.
  Han quedado a las nueve, todos han decidido asistir a la cena. Solo desean pasar una velada agradable y olvidar estos días. Allí están todos a la puerta del restaurante " El asador de Julián". 
  La cena transcurre divertida, la comida es excelente y la carta de vinos inmejorable, a Alba la esposa de Alejandro se le ha ocurrido que después de la cena pueden acercarse a un local cercano dónde ponen buena música y hay un buen ambiente, el dueño de ese local es uno de los inversores que más han confiado siempre en la agencia. Así que todos aceptan. 
-Antes de irnos vamos a hacernos una fotografía para conmemorar este momento- Apunta Julia en broma, cámara en mano.
- Pero bonita, si tu haces la foto entonces no estamos todos- Advierte Lucía, mientras hace un gesto al camarero para que se acerque a la mesa.
-¿Sí, les falta algo por aquí a los señores?- Pregunta el camarero.
-Pues si no le importa, podría usted hacernos el pequeño favor de sacarnos una foto a todos los que nos encontramos en esta mesa. Se lo agradeceríamos enormemente.- Le pide Alba al camarero, mientras coge la cámara y se la ofrece para que inmortalice el momento.
 -De acuerdo, pero que conste que lo mío no es la fotografía- Advierte mientras intenta que todo el grupo esté bien encuadrado.
   A continuación, pagan la cuenta y cómo no, dejan una buena propina al camarero. 
   El local al que entran, "Electrohead" a esas horas es un hormiguero, demasiado agobiante. Deciden quedarse a tomar una copa y luego ya verán.
   Al salir del local, algunos del grupo deciden poner fin a la fiesta, mañana les espera otro día de trabajo y no tienen ganas de trasnochar. El resto del grupo decide quedarse algo más, intentan ponerse de acuerdo acerca del local al que acudir a tomar la última copa. Escuchan la voz de un chico que les invita a visitar un local nuevo. Alba y Lucía giran la cabeza, se topa con una imagen que les parece una ensoñación, parece salido de una escultura de un atleta, músculos bien trabajados y una mirada penetrante y azul, azul como el mar. Se quedan embobadas sin saber que decir.
-Hola me llamo Hugo, trabajo de relaciones públicas en "Temptation" es un nuevo local a pocos metros de aquí, os dejo una invitación para una consumición gratis  para las chicas- Comenta el chico mientras guiña un ojo a las chicas.
  -Oye colega y los chicos no tenemos derecho o qué, eso es discriminación- Añade Alejandro que está algo ebrio.
- Quién dice que no, mi nombre es Amanda y aquí os dejo a vosotros una invitación a consumir una copa gratis, a mi salud- Añade una joven  que parece haber salido de la nada.
  Los chicos al verla, se quedan petrificados, se frotan los ojos para comprobar que no están soñando, parece una diosa de ébano. Tanto Amanda como Hugo, son jóvenes muy atractivos, buenos reclamos publicitarios para locales de moda. Nuestros amigos no lo dudan un segundo, deciden acudir al local. 
   Llegan al local, parece haber salido de una película, estilo bar de carretera americana, pero con un estilismo más cuidado, la música es buena y allí el personal es más distinguido de lo que pudiera pensarse,  en la barra dos chicas se contonean de un  lado al otro entre la admiración del público masculino, casi babeante. Pero las chicas tampoco pierden de vista a los cámareros que con sus malabares hacen las delicias de todos, y al compás de la música se mueven haciendo subir la temperatura del local. Al fondo  observan que hay una partida de póker, pero lo que llama la atención de los chicos es la presencia de una  misteriosa y atractiva mujer ceñida en un ajustado vestido color rojo, que oculta sus ojos tras unas gafas negras. David está hipnotizado, no puede apartar los ojos de su pronunciado y exuberante escote. 
-¿Desea tomar algo o se va a quedar toda la noche mirando el escote de Vanesa?-Pregunta en tono socarrón la camarera  a David.
- Guapa tu pon lo que quieras, que con ese cuerpo no te niego yo nada- Responde Julían, con evidente signo de embriaguez.
- ¿Te parece bien un vaso de agua del grifo, hermosura?-Pregunta irónicamente.
 -A mi pónme un Wisky, con poco hielo.-Responde al fin David, que no sale de su embobamiento.
-Hay que ver, David, te has quedado alelado con la tipa esa- Le advierte Alba, mientras intenta que Alejandro -su marido- deje de beber. Ya está bastante ebrio, y no para de decir tonterías.
-¡Qué va, mujer solo miro la partida! Los está desplumando- Comenta sin dejar de mirar.
-Pero tu no te creerás que nosotras nos tragamos eso de que tu estás pendiente de la partida,¿verdad?- Apuntilla Julia, con una sonrisa burlona.
  David, no responde. La partida ha finalizado, ahora toman un descanso antes de comenzar la próxima. Vanesa se levanta de la silla y se encamina moviéndose como quién se sabe observada por miles de ojos ardiendo de deseo. Su vestido rojo de lycra marca las sugerentes curvas de una latina de rompe y rasga, mueve con soltura su cabellera morena y al compás de la música se mece en un contoneo sensual que enloquece a todo el que la mira. Conforme se desplaza hacia el otro lado del local, va examinando de soslayo a todo el ganado masculino allí presente. Cuando llega hasta la altura de David, mira con picardía por encima de las gafas y le guiña el ojo. David se queda más embobado aún cuando observa como Vanesa hace un gesto  como si besara al aire y le vuelve a mirar de reojo.
-¡Eh amigo! ¿Quiere unirse a la partida?- Pregunta un individuo de voz desagradable, que hace que la magia del momento se esfume de golpe.
-¿Habla usted conmigo?- Pregunta medio aturdido, como quién acaba de despertarse en ese momento.
-Si, ¿a quién si no? Me he fijado que no quitaba ojo de la partida. Y dado que soy quien organizo la partida, he creído oportuno invitarle, a no ser que no le guste la compañía de los allí presentes- Lanza a modo de desafío, como quien sabe que el incauto no rechazará el embate.
-Bueno, yo la verdad no soy muy experto en el póker- Repone intentando excusarse.
- Pero no seas plasta David, si tu siempre presumes de ser todo un as en los juegos de mesa- Interviene de forma inoportuna Julián que está más mareado de lo normal y no quita ojo de la camarera que no para de sonreirle. Sabedora que con este incauto hará una buena caja esta noche, no para de darle carrete y le ríe todas las ocurrencias.
-Venga amigo, los de la mesa no somos tan expertos, ya ve como una mujer nos ha ganado esta mano- Tienta de nuevo el desconocido. 
-No sé yo..
-Venga no sea estúpido, así podrá contemplar más de cerca a esa diosa íbera que es Vanesa- Sigue tentando como quien sabe que la presa caerá en la trampa.
-De acuerdo, solo por Vanesa me apunto- Acepta ante la sugerencia de contemplar más de cerca su objeto de deseo.
  David se encamina hacia la mesa de juego, no sabe que se encamina a su perdición. De los aseos sale, la tentación vestida de rojo, que ahora parece brillar con más poder si cabe aún. También aparece Alba con Alejandro, este está en un estado lamentable, así que Alba pide ayuda a sus amigos y entre Julia, Gerardo y Alberto, lo llevan a la calle. Alberto entra para avisar a Lucía que ellos se marchan ya del local. Lucía que acaba de entablar amistad con Hugo, les dice que ella se queda de momento y que los otros también-señalando a David y Alejandro- quienes están muy entretenidos.
  Tras las presentaciones, comienza la partida. David no quita ojo de las gafas de Vanesa, aún así no puede ver las cartas de las que dispone su oponente. Tampoco es que se esfuerce mucho, tiene puesto toda su atención en el escote. Pero eso no le molesta a Vanesa, quizá ahí reside una de sus mejores estrategias de juego, desconcentrar al resto de los jugadores con todas las armas a su alcance. Y esa es una que ella sabe es infalible. Lo de las gafas oscuras es algo que a David, le sorprende-al menos al principio-aunque ha llegado a la conclusión que es una forma de que no lean en sus ojos una expresión que delate su suerte. Además se fija en que Vanesa está muy concentrada, como si mentalmente fuera haciendo cálculos sobre las posibles combinaciones que el resto de los jugadores pudieran tener.
No obstante, a David en esta mano piensa que la suerte le sonríe, tiene escalera real, esta vez gana seguro. Pero no sabe lo que la suerte le depara, después de apostarlo todo creyéndose seguro.
-Estás muy seguro de tu mano, yo que tú no lo haría- Le advierte uno de los jugadores.
-¡Déjale y que apueste lo que quiera!- Le recrimina el organizador de la partida.
-Vaya parece que  nuestro nuevo amigo está muy seguro de sí mismo, me gustan los hombres que son arriesgados y seguros de sí mismo- Apunta Vanesa mirando por encima de sus gafas a David, mientras le obsequia con una sonrisa muy sugerente.
-Tan seguro estoy que apostaría mi alma- Responde excitado David.
-Vaya no sé si eso es convertible en dinero- Responde Vanesa.
-Y hasta la misma vida, si también lo fuera.
-Bueno eso habría que ponerlo por escrito- Comenta otro de los jugadores a modo de burla.
-Bueno señores, dejémonos de monsergas y a la partida.
-Bien, yo me retiro- Responde uno de los jugadores.
 Van retirándose todos, solo quedan Vanesa y David.
-Bueno mi alma, ahora muéstranos tu suerte-Le sugiere Vanesa.
-Escalera Real- Comenta excitado, mostrando sus cartas, creyéndose ganador.
Intenta echar mano a la gran suma de dinero que hay sobre la mesa, pero observa que Vanesa aún no ha mostrado sus cartas y que sonríe de forma extraña.
-¡No tan rápido hermosura! aún no has visto lo mejor de la noche- Comenta con serenidad.
 Levanta las cartas, lo hace lentamente para dar mayor emoción a lo que va a suceder. Se quita las gafas por primera vez, sus ojos son negros como la noche, enigmáticos y fríos. Un escalofrío le recorre a David por el cuerpo, le hace cambiar el color, al ver ante sus ojos lo inimaginable.
-¡Escalera real máxima!- Exclama vencedora Vanesa, que recoge sus ganancias mientras mira fijamente a todos sus oponentes, especialmente a David que no sale de su asombro.
  A David todo le da vueltas, no solo debido a los efectos del alcohol sino a la impresión que se acaba de llevar. No da crédito a lo que acaba de ocurrir. Julián está dormitando sobre la barra del bar y no se ha enterado de nada. Lucía está muy ocupada, Hugo y ella están en una conversación de besos y arrumacos cada vez más ajenos a lo que sucede a su alrededor.
-Bueno encanto, lo del alma y la vida quizás me lo cobre mañana.
 David está como paralizado, y no es capaz de articular palabra, bebe de un trago el vaso de Wisky que tiene en la mesa. Se levanta y se desploma en el suelo como si fuera un fardo de cemento.
   Son las nueve de la mañana y el despertador suena sin piedad. El sonido retumba como una máquina taladradora en la cabeza de David. Apenas pone el pie en el suelo y el dolor de cabeza es como si le golpearan con un mazo. En la mesilla encuentra un papel con su firma.
  "Yo David García Martínez, agente de cambio y bolsa con NIF 000000000, apuesto mi vida y mi alma a que ganaré la partida contra Vanesa Martínez Hölle".
Al leerlo le parece una broma estúpida, pero luego ve que más abajo hay algo que le inquieta...
"Verás cariño esto no es un simple juego, apostaste tu alma y esta noche a las nueve pasaré a cobrarme la deuda...Debiste hacer caso a tu amiga y no confiar en extraños....no lo olvides, iré personalmente a cobrar mi premio... Vanesa o si lo prefieres....La muerte".
    Esto es una broma de mal gusto, a lo mejor es una forma de tener una cita, no sé ...¿Y si es una chiflada? no me conviene tener una cita con una chiflada por muy bella que sea..
   En el parquet los de la agencia Mark & Robles tienen cara de resaca, pero eso no impide que hagan bien su trabajo. David le muestra su nota a Alejandro.
-Esto parece una broma de alguien con gana de guasa, ¿No será cosa de Lucía?- Le comenta Alejandro.
-No, este tipo de bromas no son su estilo.
-Sí pero igual la han maquinado entre ella y Julián.
- No creo.
-Pero si no te acuerdas ni de quién te llevó a tu casa.
-Cierto, lo último que recuerdo es esa escalera real máxima ante mis narices y la expresión burlona de aquella mujer-Explica intentando exprimir su cerebro en busca de algo que le de sentido a esta estúpida broma.
  Intenta sondear a todos sus amigos, pero unos no recuerdan nada y los que se quedaron en el local aún menos.
-Lo único que te queda es aprovechar la hora del mediodía para acercarte al local e informarte de quién fue la persona que te llevó amablemente a tu casa- Le aconseja Alba, mientras nota algo que antes había pasado por alto.
-Hueles a perfume de mujer, oye tu no habrás pasado la noche con la tal Vanesa ¿verdad?
-No, por lo menos que yo recuerde- Responde tirándose del pelo en busca de respuesta.
-Por más que te tires del pelo no vas a solucionar nada, solo quedarte calvo, haz caso a lo que te dice Alba- Le grita desde el otro lado Gerardo.
  Llega la hora de comer y David decide ir a investigar que sucedió anoche, pero lo hace acompañado de Alba y su marido Alejandro...Cuando llegan al edificio dónde estaba el local, se quedan helados...
-¡Cómo es posible!-Grita enfurecido David
-¡Juraría por lo más sagrado que anoche aquí había un local y que no lo soñé!- Responde perpleja Alba, que está blanca de la impresión.
-Es imposible que haya desaparecido así, de repente.
-Oye no nos habremos equivocado de edificio y es al otro lado, recordad que estábamos muy bebidos todos- advierte Alejandro.
-Algunos más que otros- objeta Alba, mirando a su marido.
  Dan la vuelta y allí hay obreros trabajando en la reforma de un local...
-Perdonen ustedes ¿nos pueden decir si por aquí hay un local llamado "Temptation"?- pregunta Alba.
-Señorita, ese local aún no se ha inaugurado, es más está usted delante de él y está manga por hombro- Responde el albañil más joven.
-¿Y saben ustedes quién es el dueño? Pregunta Alejandro.
-Es un fotógrafo famoso, pero no recuerdo el nombre.
-Gracias amigo, eso era todo cuanto queríamos saber..
  Los tres se marchan de allí algo confusos, también preocupados..¿qué sucedió anoche realmente? ¿Qué clase de broma cruel les estaba jugando el destino?
    Durante la sesión de tarde, los tres realizan su trabajo como de costumbre, han comentado lo sucedido al resto de compañeros qué incrédulos no paran de hacer bromas sobre el tema. David, por contra, no deja de mirar el reloj. Tiene la impresión de que algo no marcha bien, no sabe muy bien como explicarlo, pero es una sensación extraña, la misma que sintió cuando vio por primera vez los ojos de Vanesa.
  La hora de cierre se acerca, las expectativas de ganancias en los mercados siguen la tónica del día anterior. Es un gran día, la prima de riesgo sigue en la tónica bajista, lo cual es un alivio. Alejandro sonríe, pero por dentro algo le preocupa, presiente que algo raro va a suceder y no es nada bueno, mira a su mujer y le hace un gesto para que no pierda de vista a David. Alba asiente y le hace un gesto con la mano para darle a entender que todo está controlado. Alba y Alejandro aprecian mucho a David, le conocen desde la facultad de economía, desde entonces son inseparables...
  Sólo quedan cinco minutos para que den las nueve en el reloj, David nota su pulso acelerado como caballo que se desboca. Un fuerte dolor le oprime el pecho, como si su corazón quisiera salirse del cuerpo, le falta la respiración. Alba observa que David se está agarrando del pecho con gesto de dolor y su cara muy pálida, le hace un gesto a Alejandro, los dos salen corriendo e intentan que se relaje. En tanto, Lucía que ha entendido la situación acaba de llamar a los servicios de urgencia. Como si de un reloj se tratase, los servicios de urgencia aparecen en el local de la bolsa. Como si de una broma cruel del destino, la doctora que atiende a David, se llama Vanesa.
- ¿Nos conocemos? Pregunta Alba a la doctora.
-No lo creo- Responde la doctora que se esfuerza en hacer lo posible por hacer reaccionar a David.
- Perdone creí que era otra persona- Se disculpa Alba.
- Su amigo ha sufrido un infarto, y está muy grave, hemos de llevarlo al hospital inmediatamente.
-Claro, ¿a cual lo llevan?Lo digo por avisar a sus padres- Interviene Julia.
- Al Hospital General, es el que está más cerca, luego si le corresponde otro cuando el paciente esté fuera de peligro lo trasladaremos a otro.
-De acuerdo.
  Se lo llevan en la camilla, hacia la ambulancia. Al entrar, David ha abierto los ojos y ha contemplado horrorizado una espeluznante visión.
-Hola cariño, ya te dije que vendría a cobrar mi premio o acaso pensabas que me había olvidado de ti.
  Es ella, está allí ante él. David no es capaz de articular sonido alguno, no tiene fuerzas. Ella está mirándolo fijamente, con sus ojos negros, con su sonrisa burlona. Le coge de la mano, le acaricia con suavidad y le pide que no se resista, ahora es suyo, suyo para la eternidad...Y con una sonrisa a medias en los labios, David exhala un último suspiro para unirse a Vanesa en un viaje sin retorno....



   

Comentarios