Te estuve esperando,
en aquel banco donde acordamos.
Allí nadie llegó,
solo un cuervo negro;
un mal presagio.
El tiempo pasó
inexorable los segundos derramando,
una infantil desesperación
y una tormenta,
de decepción y desencanto.
En medio de la lluvia
con una rosa roja entre mis manos,
empapándome el dolor,
y el corazón acongojado;
aun te estuve esperando.
La esperanza se heló,
la rosa deposité en el banco.
Rota la ilusión
y el corazón en mil pedazos,
bajo la lluvia caminé
desorientado y cabizbajo.
Imágen: Foto-manipulación de Bárbara Florczy
Esperar desespera, sobre todo si la espera ha sido infructuosa. Solo cabe una pregunta, ¿quién le ha dejao el corazón partio? ;)
ResponderEliminarMuy buena, me gusta, aunque me suena la foto y no estoy segura de si la has publicado antes o es que has utilizado la misma foto para otra publicación...yo y mi memoria.
Eso quisiera yo saber...¿quién le dejao el corazón partío?
EliminarSi la usé hace tiempo. En realidad este poema me surgió al ver una imagen similar(creo que fue en Google+) pero con una rosa, era un gif y llovía sobre el caballero, y de esa imagen nació este poema. Busqué la imagen, pero no he dado con ella para subirla, así que puse esta. Cuando la encuentre, si es que doy con ella la pondré.
Dame una imagen y seguro le saco alguna historia XD
Amar sin ser amado, querer sin ser conrrespondido, esperar, esperar, esperar... A veces esperamos una sombra, una quimera, amamos una ilusión, una fantasía, un sueño... que se evapora nada más tocarlo.
ResponderEliminarPrecioso poema Isabel, una vez más te has superado. Enhorabuena.
Gracias Marco, a veces nos empeñamos en lo imposible. El problema es que el corazón se empeña en contradecir a la razón en estos casos.
EliminarEl ser humano es así de complicado.