Un día de pesca cualquiera

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    Publicado por Domingo Descanso para Crónicas de Villatortas del Sordete.es
    
Gaviota parada en una pequeña piedra en la orilla de la playa
  
 La pesca tiene fama de ser una actividad relajante, al menos eso dicen. Esta semana han estado aquí los padres de Chris, su padre que es un gran aficionado a la pesca me sugirió la idea de ir una mañana de pesca, y así ir conociéndonos.

   Nos levantamos temprano para poder conseguir un buen lugar dónde colocar nuestras cañas.  Chris y su madre decidieron quedarse en la zona de playa acotada para el baño y nosotros nos fuimos hacia una zona alejada, en las rocas.


  Al llegar a las rocas nos encontramos un panorama muy común en cualquier playa: la basura del día anterior. Nos dedicamos unos minutos a limpiar la zona escogida porque la gente se quejará de la suciedad de la playa, pero bien que les pesa el culo a la hora de recoger sus propios desechos antes de ir a quitarse la arena cómodamente en sus casas. Es que es un trabajo hercúleo reservado para cuatro valientes dispuestos a luchar y abrir las fauces de ese horrible monstruo verde y maloliente. La inmensa mayoría decide dejar la bolsa en el suelo, pegada al contenedor, pero no lo abren por miedo a ser engullidos por la bestia. Por eso es frecuente ver como revolotean y ruedan alegremente bolsas de todos los tamaños y colores, latas de refrescos, papelitos varios y demás objetos extraños no identificados. Otros, los más pesados, resisten a pie de arena al enemigo Eolo y se quedan ahí tomando posición frente al enemigo.

   
    Adecentamos nuestra zona y colocamos en un montículo de tierra nuestra sombrilla para no achicharrarnos a pleno sol. Preparamos nuestros trípodes y nuestras cañas de pesca. Parecía un día tranquilo, de momento estábamos solos contemplando el mar; miento, había una gaviota cotilla que nos contemplaba a nosotros. 
     
    A la media hora empezaron a llegar al lugar otros pescadores. El primero en llegar era un tipo curioso que parecía llevar la tienda de pesca incorporada. Empezó a desplegar un portacañas que más que portacañas parecía un andamio de obra. Tras colocar el andamiaje "Mario Bros marino" sacó un enorme carrillo con unas cajas de herramientas enormes, no sabíamos si el tipo iba a pescar o hacer una obra. Mientras él iba montando todo su repertorio de pesca nos dio tiempo a bañarnos, tomarnos un aperitivo y lanzar nuestra caña unas veinte veces. Llegaron siete coches más y aún estaba el del bricolaje marino montando sus aparejos. Me fijé que estaba colocando en el sedal un montón de perlitas de colores de las que usan las niñas para las pulseras y collares, aquello parecía una guirnalda. No sé si pescaría algo, pero desde luego los peces disfrutaron  de una verbena con tanto "farolillo".


      Como la gente en este tiempo le gusta disfrutar al aire libre pudimos contemplar un amplio desfile de curiosos. Y no se hizo esperar el típico que llega a preguntarte cualquier banalidad, pero que en realidad está reconociendo el terreno y las cosas de valor que tienes a la vista por si te descuidas hacerlas desaparecer. Más tarde apareció una familia con perro incorporado que no paraba de ladrar y corretear entre las cañas. Hasta que el Mario Bros capturó un pececillo muy juguetón y el Fox Terrier se lanzó como un poseso a morderlo. ¡Dios qué dolor! El perro quejándose, la mujer llorando, el niño también, el padre recriminando al cuñado por haber llevado al perro suelto, y el Mario Bros de los nervios con herramienta en mano intentando con precisión de cirujano realizar una operación para quitar con el menor daño posible el anzuelo de la lengua del pobre "Toby".

  
     Pero aún faltaba el desfile "Sea fashion", ese fue el más divertido de todos. Apareció ante nuestras narices una lancha con turistas ingleses montados en una especie de salchicha.
 Los turistas estaban más rojos que un pimiento morrón y con aquellos chalecos salvavidas de un amarillo descolorido sobre la salchicha daban el aspecto de una serpiente con acné. Al realizar un giro a toda velocidad todos aquellos granos cayeron al mar. 
En ese mismo instante comprendí lo que dicen sobre los beneficios del agua del mar. Sí eso de que es buena para la piel, no dejó ni un solo grano, un 100% de efectividad. En la vida he visto reírse con tantas ganas y de manera tan contagiosa a nadie como a mi futuro suegro al ver la escena. Nos dolían las costillas de tanto reírnos.  
   Tuve la suerte de capturar una hermosa dorada, pero cual fue mi sorpresa cuando al terminar de poner el cebo para volver a lanzar mi caña vi como mi espacio se había reducido. Por algún extraño efecto la playa se había encogido y el pescador más próximo que antes estaba a 10 metros, ahora lo tenía al lado. Mi suegro me hizo una indicación con la cabeza y observé como nuestro espacio se iba reduciendo cada vez más. Pero se redujo más al capturar mi suegro otra dorada hermosísima. En ese momento fuimos engullidos en una masa densa de pescadores ansiosos por nuestro puesto de pesca. El andamio de Mario Bros había volado literalmente y se había clavado a nuestro lado. Llegamos al nivel más "apretujao" que una piscina de la provincia de Sichuan.


   La situación de agobio se alivió al llegar un tipo bajito y hortera con dos rubias de infarto con acento ruso. Al colocarse una de ellas justo al lado del Mario Bros la testosterona, el bigote y alguna otra cosa se le subió a aquel cerebro lleno de tuercas y no paraba de hacer y decir gansadas. Nosotros no le hicimos el menor caso. 

  Miramos el reloj, casi era la hora de comer. Mario Bros seguía en plan chulesco entusiasmado con aquella rubia de metro noventa que se me antojaba que escondía algo, aunque en aquel momento no supiese qué. Y no lo digo por envidia. 
  A lo lejos vimos llegar a Chris y a mi futura suegra que nos saludaban con la mano para que fuésemos recogiendo. El Mario Bros seguía en su salsa besando y magreando a la rubia y al mismo tiempos nos chuleaba su conquista, pero decidimos ignorarle completamente. Mi suegro soltó algo en su idioma y se echó a reír. Al llegar Chris, le contamos nuestra aventura mientras terminábamos de recoger. De reojo vi como la cara de Mario Bros cambiaba al darse cuenta de que aquella rubia no le llegaba ni a la suela de los zapatos a mi chica. Y se quedó más planchado aun cuando Chris me comentó en voz alta, para que "el tuercas" lo oyera, que aquellas rubias en realidad eran dos travestís búlgaros que habían estado antes en la playa ligando con todo el que se les ponía por delante. 
    Al marcharnos nos despedimos del pobre champiñón con bigotes que ahora estaba mustio y buscando un agujero dónde meter la cabeza. Y para rematar la faena mi chica que es más chula que un ocho me plantó un beso de tornillo bien plantado y apretado.
 La venganza dicen se suele servir en plato frío, pero el mío estaba rico y calentito. Ale majo, ahí te quedas. Que disfrutes tu conquista.


Texto registrado Código de registro: 1508194913049

       

Comentarios

  1. El Mario Bros este es un poco patán. Aparte de no tener ni idea de pesca (a pesar del ingente material que acarreaba), resulta que vacila por haberse ligado a una "rubia despampanante". No me extraña que fuera travesti, una conquista tan fácil y además con besuqueos de por medio resultaba un tanto sospechosa; mayormente por el poco tiempo de conocencia. Lo que debería haber hecho la novia de tu protagonista es haber callado y que el Mario Bros se hubiese llevado la sorpresa de su vida cuando hubiera metido mano en los asuntos particulares de su recién conquistada "rubia". Hubiera sido un verdadero puntazo.

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    1. Sí que hubiera sido un puntazo. O de manera más sutil cantarle aquello de " ♫♫ La vida te da sorpresas, sooorpresas te da la vida, ay Dios " y dejarle con la mosca en la oreja. Pero creo que la novia de mi reportero pensó que no tendría precio ver su cara al oír el secreto de su "rubia explosiva" y lo soltó ahí sin anestesia ni nada.

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