El pianista II. La historia de Elvira

      En el hotel, Marcos repasa las notas de la conferencia, "Economía en tiempo de crísis: claves para la recuperación", pero le es imposible concentrarse, no logra olvidar aquella melodía, se le ha metido en la cabeza y no puede dejar de tararearla. Marcos coge el móvil y llama a su amigo Roberto, productor y promotor de conciertos. Empieza a contarle lo sucedido y le tararea la melodía que había oído el día anterior, Roberto parece interesado y queda en acercarse mañana para acudir juntos al palacete para ver si hay suerte y pueden dar con el misterioso músico. Marcos decide volver a preparar su conferencia pues mañana es un día importante para él, estarán presentes la Ministra de Economía de Hacienda y varios consejeros de Economía de distintas Comunidades Autónomas, amén de autoridades académicas en la materia a nivel nacional e internacional, y aunque lleva muchas conferencias ya a sus espaldas no puede evitar los nervios. Empieza a ensayar en voz alta y toma nota de posibles preguntas que puede suscitar su posibles recetas para salir de la crisis; no debe dejar ningún cabo suelto, y sobre todo tener en cuenta las posibles dudas de los estudiantes de la Facultad de Economía, no debe defraudar al auditorio, sobre todo a los jóvenes. Después de haber repasado hasta la última nota, decide ponerse la chaqueta y bajar a cenar algo, tiene hambre y también mucho sueño, la verdad es que ha sido un día agotador, entre el viaje, los nervios causa de  la tormenta y para si tuviera poco termina con el coche averiado y calado hasta los huesos. 
    A la mañana siguiente, se despierta algo cansado después del día anterior, se ducha y se prepara para bajar a desayunar y antes de coger su maletín recibe una llamada al móvil, se trata de Roberto, le llama para decirle que ya está en camino y que en una hora aproximadamente estará allí, no llegará a tiempo para la conferencia pero le esperará en la cafetería Atenea enfrente de la Facultad.
  Terminada la conferencia, Marcos es felicitado por todos los asistentes, incluida la Ministra, al fin respira tranquilo, todo ha salido como esperaba, no cabe en sí de la alegría, no podía fallar. Después de departir con los asistentes y tomar unos aperitivos mira el reloj y se da cuenta que Roberto debe estar esperándole en el café de enfrente. Se despide de todos y marcha en dirección al café , esta feliz e impaciente por contarle a su amigo como le han ido las cosas. Entra en el café y allí se encuentra a su amigo charlando con una mujer de mediana edad, delgada de cabellos castaños con la que conversa animadamente. Al llegar a la mesa dónde se encuentran Marcos reconoce a la mujer, se trata de la famosa pianista italiana Lucía Prizzi, una mujer de gran talento. Marcos se queda impresionado con Lucía, es una mujer bellísima, Roberto le ha contado todo y Lucía se muestra interesada en la historia. Los tres parecen entusiasmados como si de una película de misterio se tratase y  en la que ellos fuesen los detectives, y el caso estuviese a punto de desentrañarse. Deciden ir a comer, y hablar de las indagaciones que han hecho mientras Marcos se hallaba dándo su conferencia. Marcos se encuentra sorprendido pues no esperaba que sus acompañantes hubiesen sido tan diligentes y haber indagado sobre el tema. Roberto sonriente le comenta que no se apure que durante la comida le irán poniendo al corriente de todo lo que han ido averiguando.
   Roberto, le comenta que ha estado haciendo averiguaciones sobre la historia de la casa y sobre los propietarios. El palacete es propiedad de la Marquesa de Sanabria, he sabido que la anterior marquesa,era una amante de la música y tocaba muy bien al piano, tenía dos hijas, y la mayor de nombre Elvira era una pianista excepcional, ésta se casó con un cazafortunas. Al parecer,este  individuo se casó atraído por el título nobiliario y por el dinero, pero cuando la fortuna de la Marquesa fue disminuyendo la abandonó, justo cuando estaban esperando un hijo.... Bien, prosiguió entusiasmado con la historia, pues resulta que ésta enfermó y estuvo a punto de perder al hijo que esperaba, pero por fortuna sobrevivió, pero eso no es todo.Cuentan que la joven Elvira sufrió lo que se conoce como trastorno postparto. A causa de dicho trastorno se comenta que abandonó a su hijo, y cuando se recuperó, lo buscó desesperadamente, pero al no poder encontrarlo dicen que enloqueció, y que falleció al no poder soportar tanto sufrimiento. 
La Marquesa de Sanabria ante tanta desgracia decidió abandonar el palacete y marchó a vivir a Viena dónde tiene otras propiedades y dónde residía su otra hija Aroa una eminente cardióloga. Y ese palacete parece ser que lo mantiene un jardinero y su familia, aparte que suelen acondicionarlo en primavera, cuando suele habitarlo una de las nietas de la Marquesa que vive en Escocia dónde ejerce de médico al igual que su madre, y parece ser que tiene la intención de saber que fue de su primo

    Interesante historia la del palacete, y muy triste, pero no me dice nada de la identidad del músico, comenta muy pensativo Marcos. Lucía toma entonces la palabra, y le comenta que al parecer se cuenta que cuando Elvira tuvo a su hijo, en el pueblo de al lado había unos artistas que trabajaban en el teatro del pueblo y que posiblemente ella lo hubiera abandonado a la puerta del teatro, se dice que eran asturianos y que no tenían hijos. Y hemos averiguado además que esos mismos artistas, a los siete años de fallecer Elvira y ante las pocas expectativas de trabajo en el mundo del teatro, comenzaron a trabajar en la casa de la marquesa.
  ¡Bien pues empecemos a investigar si ese dato puede tener algo que ver con nuestro músico! Esto se pone interesante.


Continuará..

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