Me está mirando IX


Le tocaba hacer guardia esa noche, aunque hubiera preferido quedarse en su casa tirada en el sofá viendo su programa musical favorito. Mac Farlane estaba medio adormilada en su mesa delante de la pantalla del ordenador. Gertrud, la enfermera de guardia, se acercó para llevarle un café caliente. Al depositar la taza sobre la mesa un ruido extraño llamó su atención y la de Mac Farlane que dio un respingo.
-Gertrud, acércate a ver qué pasa-dijo bostezando con cara de fastidio.
-Parece que la doctora Svenson está aún en su consulta-contestó Gertrud.
-No digas tonterías, la doctora se fue hace más de una hora, anda vete a ver qué pasa.
Respiró hondo y se dirigió hacia el despacho de la doctora Svenson, por un momento creyó oír la risa de un hombre, pero las luces del despacho estaban apagadas. Abrió la puerta y encendió la luz, no había nadie. Se sobresaltó cuando de repente una ráfaga de aire hizo que se movieran las cortinas las cortinas y los papeles que habían sobre la mesa volaran cayendo al suelo. Cerró la ventana y recogió todos los papeles y las láminas del test de Roschard. Estaba cansada y tenía sueño, por un momento le pareció que una de esas láminas se movía, se frotó los ojos y volvió a mirar. 
-Dios, por un momento pensé que esta mancha se movía-murmuró. Dejó las láminas sobre la mesa y cerró la puerta de nuevo.
Cuando llegó al mostrador de recepción Mac Farlane estaba roncando plácidamente y la taza de café seguía intacta. 
-Esta si que vive bien, duerme más que un peluche...¡qué envidia le tengo!
-Te he oído Gertrud-replicó Mac Farlane.
-No había nadie, la doctora se había dejado la ventana abierta y cuando entré los papeles de la mesa de la doctora estaban todos por el suelo.
-¿Y las voces?-preguntó extrañada Mac Farlane
-Debe ser el cansancio que tenemos encima las dos que ya oímos voces-respondió Gertrud encogiéndose de hombros. Era la única explicación que se le ocurrió, no había otra. Si no había nadie, que otra cosa pudo ser se preguntó, quizás el viento.
-Debe ser eso, anda vete a descansar, no creo que nos den la lata. Esta noche están todos muy tranquilos.
-Eso espero-respondió resignada Gertrud. Cogió la taza de café vacía y se la llevó.
Mac Farlane se puso a leer una revista que había comprado esa misma mañana.
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Comentarios

  1. Repito mi comentario realizado en otra entrada tuya. Decía que...:

    Me preguntaba si habías dejado tu actividad bloguera o acaso (espero que no) era algún problema de salud. En cualquier caso era solo porque echaba de menos tus entradas. Un saludo.

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    1. No, no he dejado mi actividad bloguera, mi ausencia ha sido por un problema de salud de mi padre que ha estado ingresado en el hospital varias veces. Como soy yo quien lo cuida no he tenido tiempo para entrar, eso y que se me averió el ordenador con lo cual se me juntó todo de golpe. Intentaré, cuando pueda, acabar el relato que dejé pendiente y así ir retomando mi actividad.

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  2. No sabes cuanto me alegro Isabel. Espero que tu padre se recupere pronto. Un saludo.

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    1. Aunque está mejor, necesita ayuda para casi todo, pero bueno vamos poco a poco.

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